Lo esencial en los niños de corta edad para que adquieran un vínculo afectivo adecuado con el progenitor con el que no conviven habitualmente, es el establecimiento de contactos o permanencias muy frecuentes y no distanciados en el tiempo.
En cuanto a si deben existir o no pernoctas antes de los tres años, no hay indicación técnica alguna lo suficientemente clara como para desaconsejarlas de plano. La psicología se queda en recomendaciones generales de contactos cortos y frecuentes, y sistemas previsibles y estables atendiendo a la diferente percepción del tiempo que tiene un niño menor de tres años respecto a uno de siete, por poner un ejemplo, sin que tampoco puedan establecerse pautas rígidas según edades, dado que siempre dependerá de cada niño/a y de la organización de sus padres. En consecuencia, no hay norma ni indicación expresa alguna sobre la inconveniencia de las pernoctas a esas edades.
A pesar de lo anterior, en el supuesto que recoge la Sentencia dictada por la Sección 18ª de la Audiencia Provincial de Barcelona, en fecha de 9 de septiembre de 2014, se eliminan las pernoctas de fines de semana alternos (noche del sábado al domingo) establecidas a favor de un padre en primera instancia, hasta que el menor cumpla los 3 años, al aportar la madre un informe de la psicóloga Teresa Pont que no recomienda las pernoctas hasta los tres años, y sí un sistema progresivo según el desarrollo y situación particular del niño, además de un informe psicológico en el que se hace constar que esas pernoctas han retrasado la maduración emocional del bebé, considerándolas contraindicadas.
En la mencionada resolución se establece que entre los dos y los tres años no existirán pernoctas, sino que de forma alternativa el niño pasará con el padre el sábado o el domingo de 10 a 19:30 y dos días intersemanales (el martes y el jueves) desde las 16 a las 18:30 horas ó desde la salida de la guardería o el colegio hasta las 19:30, y la mitad de las vacaciones de Navidad y Semana Santa con el mismo horario. A partir de los 3 años aparecerán las pernoctas los fines de semana alternos desde el sábado a las 10 horas hasta el domingo a las 19:30, y la mitad de las distintas vacaciones, aunque comprendiendo las de verano sólo el mes de agosto por semanas alternas, para pasar a partir de los cinco años a ampliarse los fines de semana alternos desde la salida del colegio el viernes hasta las 20 horas del domingo, manteniéndose los días intersemanales y la mitad de las vacaciones, abarcando ya las de verano desde junio hasta septiembre por quincenas alternas.
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